Estoy harta. Mientras en Europa y en USA los hay que, desde el sofá de sus casas, se permiten el lujo de poner en duda la eficacia de las #vacunas en el resto del mundo, Unicef durante el 2017 hizo esto:
- El 45% de los niños que fueron vacunados en el mundo, los vacunó Unicef
- Trataron a 4 millones de niños en situación de desnutrición aguda grave
- Llevaron agua potable y saneamiento a 67 millones de personas
- Liberaron a 12000 niños soldado
- 8,8 millones de niños recibieron educación en emergencias
- 3,5 millones de niños recibieron ayuda psicológica en emergencias
- 7,6 millones de niños sometidos a trabajo infantil recibieron ayuda
Mientras en Europa y en USA los hay que, desde el sofá de sus casas juegan a ser médicos, ponen en duda la medicina convencional para dejarse llevar por la pseudociencia, las estafas y los bulos varios, en el resto del mundo durante el 2017 ocurría esto:
- Uno de cada cuatro niños sufren a diario las consecuencias de las guerras, desastres naturales e inseguridad alimentaria.
- 5,6 millones de niños menores de 5 años mueren cada año por causas prevenibles como la neumonía, la diarrea y la malaria.
- 263 millones de niños y adolescentes no van a la escuela
- Tres de cada cuatro niños sufren violencia en su hogar, repito: 3 de cada 4.
- 152 niños son víctimas de trabajo infantil
- 200 millones de niñas y mujeres han sido sometidas a mutilación genital. Cuando miras a los ojos a estas niñas, tu vida cambia, cambia para siempre, os lo digo por experiencia propia.
Así que a vosotros, los que desde vuestro sofá seguís atacando a la medicina, a la ciencia, al avance e intentáis convencer al resto del mundo que lo natural es mejor, recordad todas estas cifras. Todas. Y estas caras, todas, caras que yo misma fotografié.
Cuando veo cómo hay personas, miles de personas que no se les mueve ni un músculo cuando a diario vemos morir en aguas del Mediterráneo a familias enteras, mientras a mí esas imágenes me roban el aliento. Cuando instituciones políticas o países enteros no hacen nada ante semejante drama humanitario.
Cuando escucho o leo como se critica gratuitamente a los que sí quieren hacer algo, a los que sí alzan la voz, a los que aún tienen esperanza de dejar a nuestros hijos un mundo mejor, se me revuelven las tripas. Pero entonces pienso en todos los que durante el 2017 han estado ahí, a todas las ONGs que dejan sus hogares, sus familias para ir sobre terreno a ayudar, a acompañar, a construir, a veces simplemente a llorar…
Cuando me llegan las cifras de Unicef, organización con la que colaboro y compruebo como en nuestro país han conseguido:
- Casi medio millón de socios y donantes
- Ayuda de más de 300 empresas, 64 intituciones y administraciones públicas.
- Más de 80 embajadores y amigos
- Más de 500 voluntarios
- Y 1.1 millones de seguidores en redes sociales
Entonces recupero la esperanza.
Gracias Unicef por lo que hacéis allí y aquí. Gracias por haberme brindado la oportunidad en ese 2017 de formar parte de ese granito de arena en esta inmensa montaña de ayuda humanitaria que formáis.
Y gracias por llevarme una vez más este año al corazón de África a llevar vacunas a las familias y a los niños donde no existe ni existirá jamás debate de la eficacia de las vacunas porque allí es vivir o morir, no hay más. #Contigoen2017
Hasta la próxima.