El pasado viernes 2 de junio tuve la suerte de reunir a un grupo de embarazadas en Centro Creciendo Madrid y junto a mi compañera ginecóloga Miriam De La Puente y la enfermera Carla Cano pudimos contarles a todas aquellas mamás lo que en unos pocos meses vivirían…Y fue tan bonito.

Y es que yo no puedo evitar volver a aquel momento cuando yo misma lo viví y lo vulnerable que me sentí.

Gracias Miriam De La Puente y Carla Cano por toda vuestra sabiduría y por prestaros a iluminar un poquito el camino de futuras maternidades.

Qué duro el posparto y qué poco se habla de él aún.

El posparto es duro y es difícil y es una época de muchos conflictos y siento si en mis libros os lo cuento con esta claridad pero es que sigo viendo cada día a mujeres arrasadas por un posparto escondido y oculto bajo la presión de “cómo ya eres madre ya tienes que estar feliz todo el tiempo”.

Y no. No es así.

Os lo cuento en la trilogía, pero os lo repito aquí: el día que nace un bebé, también nace una mamá, y también nace un papá y también nace una nueva relación de pareja y también nace una manera de ver y vivir la vida. Y así es.

Y en ese camino te caes muchas veces, y no entiendes, y lloras, y ríes, y mueres de amor a ratitos, y otros el miedo te mata; y discutes por tonterías y se te pasa en seguida o no, o te dura días y no entiendes el porqué. Y tu cuerpo es otro, y tu pareja parece distinta y una cree que está perdiendo la cabeza. Pero no, no la estás perdiendo, es el posparto. Que es difícil.

Pero ¿sabes qué? Que pasa. Que todo pasa… como siempre os digo.

Y que si en cuatro semanas sigues abatida, triste, desesperanzada, sin fuerza ni aliento, toca pedir ayuda profesional. Y si tú eres la pareja y estás leyendo esto, escúchame bien, cuatro semanas y si no la ves alzar el vuelo poquito a poco tras ese tiempo, pide ayuda profesional.

Mucho ánimo a todos. Y a vez se supera el posparto el sol vuelve a brillar y entonces sí, empezaréis este viaje con lo mejor de vuestras vidas en vuestro regazo para siempre. Aunque crezcan. Allí estarán siempre.

Lucía Galán Bertrand | Pediatra y Escritora

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