¿Habéis tenido que salir corriendo a urgencias u os habéis llevado un susto de muerte en mitad de la madrugada al escuchar a tu hijo/a toser? ¡Qué no cunda el pánico! Hoy hablaremos de la laringitis, de cómo reconocerla y qué hacer para mejorar los síntomas de nuestros peques.
Os voy a poner un escenario muy típico: acuestas una noche a tu hijo/a de lo más normal y de repente a las tres de la madrugada se despierta con una una tos muy característica, que llamamos “tos perruna” porque recuerda el ladrido metálico de un perro.
Cuando ocurre esto, lo más probable es que estemos frente a una laringitis aguda, una inflamación de la laringe que, en la mayoría de las ocasiones, tiene un origen vírico, rara vez está implicada una bacteria por lo que generalmente no se trata con antibióticos. En algunos casos llega acompañada también por afonía y fiebre además de la tos.
Adicionalmente, si la inflamación es importante, como la laringe se ha estrechado por la inflamación y hay menos espacio para que pase el aire, cada vez que el niño/a inspira (toma aire) se podría escuchar un sonido parecido a un silbido (estridor). Si esto ocurre, acudid a urgencias.
El aire frío y la humedad mejoran los síntomas de la laringitis
Un estudio reciente publicado en la Academia Americana de Pediatría en agosto de 2023 llamado “Outdoor Cold Air Versus Room Temperature Exposure for Croup Symptoms: A Randomized Controlled Trial” confirma que exponer al niño/a a aire frío y humedad cuando tiene laringitis aguda (obstrucción de vías respiratorias altas) ayuda a mejorar los síntomas.
¿Y por qué os digo esto? El tratamiento de la laringitis moderada son los corticoides, sin embargo, estos tardarán mínimo 30 minutos en hacer efecto, así que mientras tanto, y siempre y cuando el estado general del niño sea bueno, se recomienda exponerlo a aire frío y a la humedad para ayudar a que disminuyan los síntomas de dificultad respiratoria mientras el tratamiento hace efecto, es decir, asomarlos a la ventana en invierno cuando les da esa tos perruna les va a ayudar.
¿Cuándo deberías acudir a urgencias?
- Cuando notes que tiene dificultad para respirar, es decir, cuando escuches un silbido (estridor) cada vez que coja aire.
- Si está somnoliento o muy irritable.
- Si tiene los labios de color azulado.
- Si tiene dificultad para tragar o babea demasiado.
Recuerda que todo esto en detalle lo tienes en El Gran Libro de Lucía mi pediatra, 700 páginas con todo lo que has de saber de la salud física y emocional de tu hijo desde el nacimiento hasta la adolescencia incluida.
Lucía Galán Bertrand | Pediatra y Escritora