Hay familias a las que les coges un cariño especial, no sabes muy bien en qué momento se produce esa conexión y por qué con unas sí y con otras no. Pero es así. Y con la protagonista de esta historia hubo un flechazo desde que nos conocimos. Y yo, fiel a mi intuición soy muy de flechazos, de conexiones y uniones.

Quizá fueron sus inmensos ojos azules que cada vez que te miran te llenan completamente, quizá fue la mirada de su hijo, siempre confiado ante mis manos, desde bien pequeño, nunca lloró. Quizá fue su historia difícil, muy difícil confesada a través de un email inolvidable que recibí en una de las noches más difíciles de mi vida también, aunque esto ella nunca lo supo. Quizá fue su maternidad agridulce, sus miedos o su fortaleza. Quizá fue su independencia y su “hay que tirar pa´lante” o quizá fue un poco de todo. La cuestión es que la vida le ha regalado una segunda y maravillosa oportunidad al lado de un hombre que la cuida y que se deshace ante sus ojos. Y ahora tras no pocas complicaciones han tenido una niña preciosa que esta semana cumplió un mes. Ni fue un embarazo fácil ni lo está siendo tampoco el postparto.

Hemos hablado muchas veces del postparto y de lo complicado que resulta no solo para nosotras sino también para nuestras parejas, sobre todo por tener la sensación de pisar terreno desconocido, arenas movedizas tras un embarazo entre algodones. Pero si además surgen complicaciones maternas y neonatales, todo se complica. Las cosas no salen como esperabas y es inevitable venirte abajo.

Tras una larga visita hablando de lo bien que estaba su niña, tras observar tímidamente las caricias tranquilizadoras de su marido cogiéndole la mano, tras comprobar que el punto de serenidad y sosiego en esta ocasión lo ponía él, tan necesario cuando nos encontramos en una situación tan vulnerable. Tras observar como el hermano mayor de la bebé se le caía la baba literalmente al ver a su hermanita y presenciar maravillada cómo le tocaba la cabeza con una delicadeza impropia de un niño de su edad; tras guardar en mi memoria todos y cada uno de estos pequeños pero grandiosos momentos, su madre me dijo:

  • Bueno Lucía, ahora dime ¿Conoces a un buen endocrino?

Su pregunta me pilló por sorpresa. Tengo por costumbre no preguntar si no es por un tema que atañe directamente a mi paciente, en este caso la niña. Tampoco sabía si me lo pedía para ella, para su marido o para otra persona, así que le recomendé a una compañera.

  • Ay Lucía, ayúdame en esto… habla con ella- de pronto dijo su marido quien por primera vez había perdido la sonrisa.
  • Pero ¿qué ocurre?- pregunté confusa.
  • ¡Pues que necesito quitarme esta barriga! Necesito quitarme los kilos que me sobran- me espetó así, de golpe y desesperadamente.
  • Pero mujer!!! Si ha pasado un mes solamente. Tranquilaaaa- le dije.
  • Pues eso mismo le digo yo, está preciosa, ¿no lo ves?- añadió el orgulloso marido plantándole un sonoro beso en la mejilla- está obsesionada con este tema.
  • Vamos a ver, vamos a dejar algunas cosas claras para que te quedes tranquila- le dije.
  1. Estás aún en el postparto, no hace ni un mes que has dado a luz, es normal que aún tengas esa barriga: Tranquila.
  2. Prohibido hacer dietas con menos de 1800 kcal dando el pecho. Si lo haces ponemos en riesgo la calidad de tu leche y por tanto la perjudicada será la bebé.
  3. Has de comer de todo: fruta, verdura, proteína animal, legumbres, omega 3 DHA (salmón, sardinas) y beber agua en función de tu sed. Evita los productos azucarados (galletas, helados, zumos envasados) y las grasas TRANS (cocina precocinada, envasada, bollería industrial, patatas fritas congeladas) recomendación que debemos seguir todos en todas las circunstancias.
  4. La lactancia materna consume calorías (hasta 500 kcal al día) y ayuda a adelgazar. Durante la lactancia el organismo consumirá las reservas que ha ido acumulando durante el embarazo especialmente los depósitos de grasa de caderas y cintura.
  5. Observarás una disminución de peso evidente a partir del tercer mes de dar pecho y la pérdida de peso será mayor cuanto más prolongues la lactancia.
  6. No te olvides de aumentar tus aportes de calcio para evitar la dismineralización ósea: aumenta el consumo de leche, yogures, queso, frutos secos, sardinas en lata.
  7. Tómate los suplementos vitamínicos que te ha recomendado el ginecólogo, con ellos garantizas los aportes necesarios para este periodo.
  8. Si quieres acelerar un poco este proceso haz ejercicio: sal a caminar una hora al día, a buen paso, paso ligero.
  9. Y por último, relájate, déjate querer, mímate y que te mimen. Disfruta que el tiempo pasará volando.

Tras darle estos consejos y comprobar como su ceño fruncido y su puchero infantil se relajaban, comprendí perfectamente a esta mamá que además previo al embarazo, tenía un tipo estupendo sin un gramo de grasa. También conecté con mi primer postparto y la odiosa barriga que se te queda y  las odiosas conocidas que te encuentras por la calle y te dicen:

  • Ay, ¿para cuándo das a luz?

Y  te quedas con cara de pez y piensas: “¿Miento descaradamente y le digo que para dentro de un mes? ¿Le digo que acabo de dar a luz? ¿Me río falsamente? ¿O directamente le digo:

  • ¿Pero a ti qué te pasa?, ¿No tienes ojos en la cara? ¿No ves que llevo un carrito con el bebé dentro de él y no en mi barriga? Holaaaaa, toc, toc, toc, ¿Hay alguien dentro de esa cabeza?

La verdad es que yo en su día, en ese primer mes, no me veía tanta barriga, sería fruto de mi exceso de optimismo. Sí, sin lugar a dudas, mi optimismo a raudales  me mantuvo “cegarata” unas cuantas semanas y yo, la verdad, es que era feliz dentro de mi ignorancia. Eso sí, cuando se me cayó la venda de los ojos y me dio por mirar fotos de esa época, lo que se me cayó fue el alma a los pies.

  • ¡Madre del amor hermoso! ¡Pero si estaba tremenda! Con razón me decían para cuándo el parto!- y me entraba la risa floja.

Lo bueno de todo esto es que tras ver las fotografías, me miraba al espejo y claro, me veía estupenda. ¡Adiós complejos! ¿Qué es un kilo de más cuando ves fotos donde te sobran 10?

Definitivamente he conseguido que mi cerebro sea mi amigo y siempre me pinta las cosas mejor de lo que son en un intento de protegerme, y esto, es fantástico.

Feliz domingo, con barriga, sin ella… es domingo! A disfrutar!

 

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