Lucía, he escuchado que es mejor darle cereales integrales a los niños. Vamos, que es mucho más saludable comprar el pan y la pasta integral. ¿Qué hay de cierto? Es que se escuchan tantas cosas- me preguntó una madre en consulta.
Y añadió: es más, yo que tengo tres niños, uno de diez meses, otro de dos años y otro de seis años ¿podría darles a todos el mismo?
Alimentación infantil, todo un mundo, ya sabéis.
¿Es bueno que los niños tomen alimentos integrales?
Sí, es muy bueno. Y es que no solamente es bueno que los niños tomen cereales o alimentos integrales, sino es que es mucho más saludable.
¿Desde qué edad pueden tomar pan integral o pasta integral?
Desde el mismo momento en el que empezamos con la alimentación complementaria, es decir, a partir de los 6 meses.
¿Cómo puedo ofrecerle los cereales integrales?
Fácil; añadiendo un puñadito de pasta integral por ejemplo en sus purés a la hora de comer. O puedes ofrecerle su rodajita de pan integral para que empiece a entrenar la masticación. O si le das BLW puedes ofrecerle la pasta directamente integral bien hervidita junto a sus verduras y su fuente proteica, respetando siempre, ya sea BLW o papillas, las proporciones del Plato de Harvard: mitad de la ración que come ha de ser fruta y/o verdura, un cuarto ha de ser proteína (carne, pescado, huevo o legumbre) y un cuarto la fuente de hidrato de carbono (cereal integral, patata, etc…)
¿Y el arroz? ¿También integral?
El arroz integral debido a su alto contenido arsénico con respecto al arroz blanco que tiene mucho menos, es mejor que, en este caso, le deis arroz blanco hasta los tres años. A partir de los tres años ya podemos darles un puñadito de arroz integral a la semana.
¿Hasta cuándo pueden tomar cereal integral?
Hasta siempre, jejeje.
Acostúmbrate a comprar la fuente de cereal que consumimos en casa, integral. La fibra no se digiere y se encuentra fundamentalmente en alimentos de origen vegetal frutas, frutos secos, legumbres, verduras, hortalizas y productos elaborados con cereales enteros o integrales.
¿Y por qué es más saludable el cereal integral frente al pan o pasta blanca de toda la vida?
Pues porque en el proceso de refinado del cereal para convertirlo en pan blanco, arroz blanco o cereal blanco, se pierde el salvado (la cáscara que es rica en fibra) y el germen (que es rica en vitamina E, vitamina B, ácido fólico, fósforo, zinc y magnesio) es decir, el valor nutricional del cereal blanco es claramente inferior al integral.
Además está demostrado que el consumo habitual de cereales integrales:
- Mejora la salud cardiovascular.
- Disminuye el riesgo de diabetes tipo 2.
- Previene de determinados tipos de cáncer, como el de colon, recto y estómago.
- Mejora la salud intestinal, evitando el estreñimiento entre otras importantes ventajas.
Ojo, aclaremos que los productos en los que leáis en la etiqueta “alto contenido en fibra” no quiere decir que sean integrales, debéis leer expresamente la palabra “integral” y si no os aclaráis bien, buscad la etiqueta:
Si el principal ingrediente es al menos un 75% de harina integral, adelante
Y cuidado con esto: no os conforméis si el pan o la pasta lleva semillitas, pipas o es de color marrón; esto no dejan de ser trucos para simular que el producto es integral sin serlo.
Eso sí, no perdamos el norte, que ya os estoy viendo ahora mismo a muchos de vosotros tirar todo lo que tenéis en la despensa y hacer una nueva compra con todo integral. Tranquilidad. Poco a poco. Sobre todo si tus hijos son más mayores haz el cambio gradual, para que se vayan acostumbrando y ve probando despacito.
Si tus hijos son pequeños, aprovecha la oportunidad y compra ya pasta, arroz y pan integral. Y recordad que en El Gran Libro de Lucía mi pediatra tenéis una parte muy extensa de alimentación infantil en cada una de las etapas y edades donde os explico con detalle cómo empezar con la alimentación complementaria, el BLW, la alimentación en la infancia y hasta la adolescencia. Aquí podéis adquirirlo con descuento aplicado.
Y si lo que queréis es enseñar a vuestros hijos a comer de forma saludable, siguiendo las recomendaciones del Plato de Harvard, no os perdáis los Cuentos de Lucía mi pediatra donde en uno de los capítulos, Lola y Toni aprenden a comer bien; bien, bien de verdad y sin lágrimas.
¡Hasta pronto!